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Las mentiras alimentarias más utilizadas en publicidad.

A continuación os voy a hablar de las mentiras alimentarias más utilizadas en publicidad: ¡Mira cómo nos engañan!

El uso del reclamo NATURAL es muy utilizado por las marcas por el atractivo del concepto y por tratarse de un término que no está regulado.

Es muy común anunciar un producto como ENRIQUECIDO con un ingrediente cuando, en realidad, la cantidad de éste es ridícula.

La producción artesanal está regulada. El uso de la palabra ARTESANO refiriéndose a productos que no lo son es tan ilegal como común.

El término SANO sólo debería ser utilizado como reclamo publicitario si va acompañado de una declaración de propiedades saludables.

Alimentos que basan su publicidad en reclamos de salud, los llaman alimentos funcionales y tienen propiedades MILAGROSAS.

Los alimentos catalogados como TRADICIONALES están estrictamente regulados. En el estado español sólo hay cuatro, el resto son falsos.

La palabra CASERO debería reservarse para la producción alimentaria de pequeña escala y venta local.

0% puede referirse a cualquier cosa, no sólo está vacío de contenido sino también exento de normativas. Un engaño perverso.

Un producto LIGHT no es garantía de saludable, simplemente es un 30% menos calórico que el producto original.


Una muestra de lo que os cuento podemos encontrarlo, por ejemplo, en la asociación VSF (Veterinarios Sin Fronteras) Justicia Alimentaria Global que aparte de otros objetivos generales ha iniciado una campaña francamente admirable llamada “Mentira podrida”. Con ella se pretende poner en tela de juicio la veracidad de algunos anuncios y spots de alimentos, y analizar hasta qué punto incluyen mensajes ilícitos, perversos o nos llevan, como mínimo, a la confusión.


Según VSF Justicia Alimentaria Global:

Eslóganes como fresco, saludable, hecho en casa, auténtico, real, artesano o directo del campo han sido los más utilizados por las marcas para vender sus productos. La industria ha visto una oportunidad y se ha apropiado del uso de estos conceptos haciendo creer al consumidor propiedades que los productos industriales lógicamente no tienen. De hecho, arrebatan el significado de los reclamos a las pequeñas explotaciones, artesanales y realmente auténticas, que sí están trabajando basadas en estos atributos.

Un producto light engorda menos, un alimento natural tiene menos aditivos, uno casero es artesano, uno que termina en -ol nos ayuda a bajar el colesterol, uno llamado sanísimo es más sano, uno con lactobacillus mejora nuestras defensas, un batido de cacao enriquecido con calcio es bueno para la población infantil, un paté con hierro es un alimento sano para los niños, unos pollos de corral son producidos por un pequeño agricultor/ a, y así hasta el infinito. Pero, ¿realmente es así? La mayoría de las veces no. ¿Entonces nos engañan? Sí. ¿Se puede evitar? Sí.

(Fuente: biólogo, dietista-nutricionista Juan Revenga)


Os animo a echarle un vistazo a estos vídeos que forman parte de la campaña “Mentira Podrida”, son bastante simpáticos y curiosos, aquí os los dejo:




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